
La neurólisis es un procedimiento médico que alivia el dolor liberando o modificando nervios dañados o comprimidos. Puede realizarse de forma quirúrgica, química o mediante calor o frío para restaurar la función y reducir las molestias.
El dolor nervioso crónico afecta a millones de personas en todo el mundo y puede limitar gravemente la movilidad, la independencia y la calidad de vida. Cuando los medicamentos, la fisioterapia y los bloqueos nerviosos ya no ayudan, la neurólisis ofrece una solución dirigida y de mayor duración, especialmente en lesiones nerviosas, dolor relacionado con el cáncer y atrapamientos en la extremidad superior.
La neurólisis es un procedimiento médico que consiste en descomponer o eliminar tejido cicatricial y otras estructuras que comprimen o atrapan un nervio. El objetivo es restablecer la función normal del nervio y reducir el dolor.
Puede realizarse de diferentes maneras, entre ellas:
Los médicos pueden recomendar la neurólisis cuando otros métodos de manejo del dolor, como la medicación o los bloqueos nerviosos, ya no brindan alivio suficiente. Se utiliza para el dolor crónico, lesiones nerviosas y cierto dolor relacionado con el cáncer, incluido el cáncer de páncreas.
La neurólisis implica localizar el nervio afectado y eliminar o interrumpir la fuente de compresión o irritación. Los pasos exactos dependen del tipo de neurólisis realizada.
En la neurólisis quirúrgica, la/el cirujana/o expone el nervio mediante una incisión y retira cuidadosamente el tejido cicatricial, las adherencias o estructuras circundantes que restringen su movimiento o función.
En la neurólisis química, se administra una inyección dirigida de un agente neurólitico como fenol o alcohol alrededor o dentro del nervio. Esto daña fibras nerviosas específicas para bloquear las señales de dolor.
La neurólisis térmica utiliza calor (radiofrecuencia) o frío extremo (crioablación) para interrumpir la capacidad del nervio de transmitir dolor.
Todos los métodos buscan mejorar la función nerviosa, reducir el dolor y prevenir más daño, minimizando el trauma en los tejidos circundantes.
Un bloqueo nervioso simple detiene temporalmente las señales de dolor inyectando un anestésico local, a veces combinado con un esteroide, cerca del nervio. El efecto suele durar de horas a semanas, según el medicamento usado.
La neurólisis, en cambio, está diseñada para brindar alivio más duradero. Implica interrumpir la capacidad del nervio para transmitir el dolor al liberarlo físicamente del tejido cicatricial o al modificar químicamente o térmicamente las fibras nerviosas. Mientras que un bloqueo nervioso es reversible, la neurólisis a menudo provoca cambios parciales o permanentes en el nervio para lograr un control sostenido del dolor.
La neurólisis ayuda con el dolor crónico por lesión nerviosa al abordar la causa subyacente de la irritación nerviosa persistente o compresión nerviosa. Cuando un nervio queda atrapado en tejido cicatricial, rodeado de adherencias o dañado por un traumatismo, puede enviar señales de dolor continuas al cerebro.
Al liberar quirúrgicamente el nervio o utilizar métodos químicos o térmicos para interrumpir la transmisión del dolor, la neurólisis puede:
Este enfoque es especialmente beneficioso cuando los tratamientos conservadores no brindan alivio duradero.
La neurólisis quirúrgica es un procedimiento en el que una/un cirujana/o libera físicamente un nervio del tejido cicatricial, las adherencias u otras estructuras que lo comprimen. El objetivo es restaurar la movilidad y función normales del nervio, reduciendo el dolor y otros síntomas causados por el atrapamiento.
El procedimiento suele realizarse bajo anestesia. La/el cirujana/o hace una incisión para exponer el nervio afectado y luego retira cuidadosamente el tejido cicatricial o las bandas fibrosas sin dañar las fibras nerviosas sanas. En algunos casos, se colocan cubiertas protectoras o colgajos de tejido blando alrededor del nervio para reducir el riesgo de readherencias.
La cirugía de neurólisis se utiliza con mayor frecuencia cuando la imagenología, las pruebas nerviosas y los síntomas clínicos confirman que la compresión mecánica es la principal fuente de dolor crónico o disfunción nerviosa.
La cirugía de neurólisis libera el tejido cicatricial al disecar y retirar cuidadosamente el material fibroso que rodea o fija un nervio. Este tejido, conocido como fibrosis perineural o adherencias, puede formarse tras una lesión, cirugía o inflamación crónica y restringe el movimiento natural, el riego sanguíneo y la señalización eléctrica del nervio.
Durante el procedimiento, la/el cirujana/o:
Al restaurar la capacidad del nervio para deslizarse libremente y recibir un flujo sanguíneo adecuado, este proceso puede aliviar el dolor, mejorar la sensibilidad y apoyar la recuperación funcional.
La neurólisis está indicada cuando un nervio permanece comprimido, irritado o dañado y los tratamientos menos invasivos no han brindado alivio duradero. La decisión se basa en una combinación de síntomas, examen físico, imagenología y estudios de conducción nerviosa.
Situaciones comunes en las que se puede recomendar la neurólisis incluyen:
En todos los casos, el objetivo es mejorar la función nerviosa, reducir el dolor y restablecer la calidad de vida cuando otras opciones de manejo del dolor ya no son efectivas.
La neurólisis puede tratar una serie de afecciones en las que la compresión, la lesión o la señalización anómala del nervio causan dolor persistente o pérdida de función. Se usa tanto en trastornos de nervios periféricos como en síndromes de dolor relacionados con el cáncer.
Entre las afecciones tratadas con frecuencia se incluyen:
Al eliminar la fuente de compresión o interrumpir las señales de dolor anómalas, la neurólisis busca restaurar la función del nervio y proporcionar un alivio más prolongado que los bloqueos nerviosos temporales.
Los beneficios de la neurólisis derivan de abordar directamente las causas mecánicas o químicas de la irritación nerviosa, en lugar de enmascarar solo los síntomas. En pacientes bien seleccionados, puede proporcionar:
Estos beneficios son más probables cuando la neurólisis se realiza ante una patología nerviosa claramente identificada y tras el fracaso de otros enfoques de manejo del dolor.
Los riesgos de la neurólisis varían según el tipo de procedimiento, pero todos implican cierta posibilidad de complicaciones. Entre ellas:
La selección cuidadosa de pacientes, la guía por imagen y las técnicas microquirúrgicas ayudan a minimizar estos riesgos. La mayoría de los pacientes experimentan solo sensibilidad o entumecimiento temporales antes de la mejoría.
Un procedimiento de neurólisis se realiza de manera diferente según sea quirúrgico, químico o térmico, pero todos siguen el principio de dirigirse con precisión al nervio afectado para aliviar la compresión o interrumpir las señales de dolor.
Los pasos típicos incluyen:
El enfoque se elige según la causa del dolor nervioso, el estado de salud de la/el paciente y la duración de alivio deseada.
La recuperación y el pronóstico tras la neurólisis dependen del tipo de procedimiento, del nervio tratado y de la afección subyacente.
Recuperación
Pronóstico
Un seguimiento cuidadoso con una/un especialista en dolor o cirujana/o ayuda a mantener los resultados y a abordar pronto cualquier síntoma recurrente.
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