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Lesiones del nervio periférico: causas, traumatismos y clasificación

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Descubre cómo identificar, tratar y prevenir las lesiones del nervio periférico, restaurando la función, aliviando los síntomas y protegiendo la salud nerviosa a largo plazo con enfoques médicos probados.

Las lesiones del nervio periférico se producen cuando los nervios fuera del cerebro y la médula espinal se dañan, interrumpiendo la comunicación entre el sistema nervioso y el resto del cuerpo. Esto puede causar dolor, debilidad, entumecimiento o pérdida de función.

Estas lesiones son relevantes porque afectan a millones de personas en todo el mundo y pueden limitar gravemente la movilidad, la independencia y la calidad de vida. En algunos casos, sin un diagnóstico y tratamiento oportunos, el daño puede volverse permanente. Afortunadamente, muchas lesiones del nervio periférico pueden manejarse o repararse, y la intervención temprana mejora los resultados.

En este artículo explicamos qué son las lesiones del nervio periférico, sus síntomas y causas, cómo se clasifican, el proceso diagnóstico, los tratamientos disponibles y las estrategias para prevenirlas o minimizarlas.

¿Qué es una lesión del nervio periférico?

Una lesión del nervio periférico es un daño que afecta a los nervios fuera del cerebro y la médula espinal. Estos nervios forman el sistema nervioso periférico, que conecta el sistema nervioso central con las extremidades, los órganos y la piel. Su función es transmitir señales para el movimiento, la sensibilidad y funciones autonómicas como la sudoración o la regulación de la presión arterial.

Cuando estos nervios periféricos se lesionan, la transmisión de señales se altera. Esto puede provocar síntomas como entumecimiento, debilidad, dolor o pérdida de función en el área afectada.

Las lesiones del nervio periférico pueden variar de leves (interrupción temporal) a graves (pérdida completa de la continuidad nerviosa). El diagnóstico temprano y el tratamiento adecuado son esenciales para evitar daños permanentes o una discapacidad a largo plazo.

¿En qué se diferencia un nervio periférico de los componentes centrales del sistema nervioso?

El sistema nervioso se divide en dos partes principales: el sistema nervioso central (SNC) y el sistema nervioso periférico (SNP).

  • El sistema nervioso central incluye el cerebro y la médula espinal. Procesa la información y coordina las respuestas.

  • El sistema nervioso periférico está formado por todos los nervios fuera del cerebro y la médula espinal. Incluye los nervios periféricos que se extienden a las extremidades, la cara, los órganos y la piel.

Los nervios periféricos se dividen en tres tipos principales:

  • Los nervios sensitivos llevan información del cuerpo al SNC (p. ej., dolor, temperatura).

  • Los nervios motores envían señales desde el SNC a los músculos para el movimiento.

  • Los nervios autonómicos controlan funciones involuntarias como la frecuencia cardíaca y la digestión.

A diferencia del SNC, los nervios periféricos pueden regenerarse hasta cierto punto tras una lesión. Sin embargo, el grado y la velocidad de recuperación dependen de la gravedad y la localización del daño.

¿Cuándo una lesión nerviosa se considera periférica?

Una lesión nerviosa se considera lesión del nervio periférico cuando afecta a nervios situados fuera del cerebro y la médula espinal. Estas lesiones comprometen el sistema nervioso periférico, no el sistema nervioso central.

Las lesiones del nervio periférico suelen producirse en las siguientes situaciones:

  • Traumatismos: por cortes, aplastamientos o estiramientos (p. ej., accidentes de tráfico, caídas).

  • Compresión: por presión prolongada o movimientos repetitivos (p. ej., síndrome del túnel carpiano).

  • Enfermedades: como la diabetes, infecciones o trastornos autoinmunes que afectan a los nervios periféricos.

  • Complicaciones quirúrgicas: daño accidental a nervios cercanos durante procedimientos.

Para que se considere una lesión del nervio periférico, el sitio del daño debe implicar nervios periféricos, no la médula espinal ni el tejido cerebral. Los síntomas suelen incluir entumecimiento localizado, debilidad, hormigueo o pérdida de reflejos en la región afectada.

¿Qué síntomas aparecen tras una lesión del nervio periférico?

Los síntomas de una lesión del nervio periférico dependen del tipo de nervio afectado—sensitivo, motor o autonómico—y de la gravedad de la lesión. Los síntomas pueden desarrollarse inmediatamente después de un trauma o aparecer de forma gradual en casos de compresión o enfermedad.

¿Qué tipos de síntomas—sensitivos, motores, autonómicos—deben alertar?

Los síntomas sensitivos suelen incluir:

  • Entumecimiento o disminución de la sensibilidad

  • Hormigueo o “sensación de alfileres y agujas”

  • Dolor urente o punzante, irradiado

  • Hipersensibilidad al tacto (alodinia)

Los síntomas motores pueden presentarse como:

  • Debilidad muscular

  • Dificultad de coordinación o movimiento

  • Fasciculaciones o calambres

  • Parálisis en casos graves

Los síntomas autonómicos (menos frecuentes pero importantes) pueden incluir:

  • Sudoración anormal

  • Cambios en el color o la temperatura de la piel

  • Fluctuaciones de la presión arterial

  • Problemas digestivos o vesicales

¿Cómo se diferencian los síntomas de una lesión del nervio periférico de la neuropatía periférica?

La lesión del nervio periférico suele tener una causa clara, como un traumatismo o una cirugía, y puede afectar a un solo nervio (mononeuropatía).
La neuropatía periférica, en cambio, suele deberse a enfermedades sistémicas como la diabetes y generalmente afecta a múltiples nervios de forma simétrica (polineuropatía).

Los síntomas de lesión suelen ser localizados y de inicio súbito, mientras que los de neuropatía son a menudo graduales y generalizados. Un diagnóstico adecuado es esencial para diferenciarlas y orientar el tratamiento.

¿Cuáles son las causas de la lesión del nervio periférico?

Las lesiones del nervio periférico ocurren cuando fuerzas o condiciones alteran la estructura o la función de los nervios fuera del cerebro y la médula espinal. Las causas pueden agruparse en traumáticas, compresivas, relacionadas con enfermedades e iatrogénicas (relacionadas con tratamientos).

¿Qué causas comunes (traumatismo, compresión, enfermedad, inflamación) dañan los nervios periféricos?

  • Traumatismo: los cortes, aplastamientos, sobreestiramientos o fracturas pueden seccionar o dañar directamente los nervios periféricos.

  • Compresión: la presión prolongada o repetitiva—como en el síndrome del túnel carpiano o una hernia discal—reduce el flujo sanguíneo y daña las fibras nerviosas.

  • Enfermedad: afecciones como la diabetes, la esclerosis múltiple, las infecciones o los trastornos autoinmunes pueden perjudicar la salud nerviosa.

  • Inflamación: la hinchazón del nervio por lesión, infección o reacciones inmunes puede limitar la función normal.

  • Lesión iatrogénica: procedimientos quirúrgicos, inyecciones o dispositivos médicos pueden dañar inadvertidamente nervios cercanos.

¿Cuál es el mecanismo de lesión en escenarios compresivos frente a traumáticos?

  • Lesiones por compresión: la presión gradual interrumpe el riego del nervio, causando isquemia y desmielinización (pérdida de la cubierta protectora de mielina).

  • Lesiones traumáticas: una fuerza repentina o un objeto cortante puede estirar, desgarrar o seccionar por completo el nervio, dañando tanto la mielina como el axón (núcleo de la fibra nerviosa).

La gravedad del daño—si afecta solo a la mielina o también al axón y al tejido conjuntivo—determina la clasificación y el potencial de recuperación de la lesión.

¿Cómo se clasifican las lesiones del nervio periférico?

Las lesiones del nervio periférico se clasifican según el grado de daño estructural del nervio y el potencial de recuperación. Dos sistemas ampliamente utilizados son las clasificaciones de Seddon y Sunderland.

¿Cuál es la clasificación de Seddon para las lesiones del nervio periférico?

La clasificación de Seddon (1943) divide las lesiones en tres tipos principales:

  • Neuropraxia: la forma más leve. La mielina está dañada, pero el axón permanece intacto. La recuperación suele ser completa en semanas o meses.

  • Axonotmesis: el axón está dañado, pero el tejido conjuntivo circundante sigue intacto. La regeneración es posible, aunque más lenta y a veces incompleta.

  • Neurotmesis: la forma más grave. Se alteran tanto el axón como el tejido conjuntivo. Sin reparación quirúrgica, la recuperación es improbable.

¿Cómo amplía la clasificación de Sunderland el sistema de Seddon?

La clasificación de Sunderland (1951) aporta mayor detalle al dividir las lesiones en cinco grados:

  1. Primer grado: equivalente a la neuropraxia.

  2. Segundo grado: equivalente a la axonotmesis con endoneuro intacto.

  3. Tercer grado: daño del axón y el endoneuro, con perineuro intacto.

  4. Cuarto grado: daño del axón, el endoneuro y el perineuro, quedando intacto solo el epineuro.

  5. Quinto grado: sección nerviosa completa, equivalente a neurotmesis.

Esta clasificación ampliada ayuda a predecir el pronóstico y a elegir el tratamiento más eficaz, incluida la necesidad de cirugía de reparación nerviosa.

¿Cómo se diagnostica la lesión del nervio periférico?

Un diagnóstico preciso requiere combinar la historia clínica, la exploración física y pruebas especializadas. El objetivo es determinar la localización, la gravedad y el tipo de daño nervioso para guiar el tratamiento.

¿Qué pasos incluye el diagnóstico de la lesión del nervio periférico?

  1. Historia clínica – revisión de síntomas, inicio, eventos traumáticos y enfermedades subyacentes como diabetes o trastornos autoinmunes.

  2. Exploración física – evaluación de la fuerza muscular, los reflejos y las respuestas sensitivas al tacto, la temperatura y la vibración.

  3. Evaluación funcional – identificación de déficits específicos de movimiento o coordinación relacionados con los nervios afectados.

¿Qué pruebas (EMG, conducción nerviosa, imagen, biopsia) son esenciales?

  • Electromiografía (EMG): mide la actividad eléctrica de los músculos para detectar alteraciones de la señal nerviosa.

  • Estudios de conducción nerviosa (NCS): evalúan la velocidad y la eficacia de la transmisión de las señales nerviosas.

  • Imagen: la resonancia magnética o el ultrasonido pueden visualizar compresión, hinchazón o daño estructural del nervio.

  • Biopsia nerviosa (rara vez necesaria): examina una pequeña muestra de nervio para identificar cambios relacionados con enfermedades.

Un diagnóstico temprano y preciso mejora la probabilidad de recuperación completa, especialmente si se considera la reparación nerviosa u otras intervenciones.

¿Cómo se trata la lesión del nervio periférico?

El tratamiento depende de la causa, la gravedad y la clasificación del daño. Los objetivos principales son restaurar la función nerviosa, aliviar los síntomas y prevenir la discapacidad a largo plazo.

¿Qué métodos de tratamiento están disponibles para la lesión del nervio periférico?

  • Manejo conservador: incluye reposo, férulas, fisioterapia y antiinflamatorios para lesiones leves como la neuropraxia.

  • Medicamentos: analgésicos, corticoides para reducir la inflamación y fármacos para el dolor neuropático como gabapentina o pregabalina.

  • Ajustes en el estilo de vida: control de enfermedades subyacentes (p. ej., diabetes), cambios ergonómicos y evitar actividades que agraven la lesión.

¿Cuándo está indicada la cirugía de reparación nerviosa y en qué consiste?

Reparación nerviosa o reconstrucción nerviosa se considera cuando:

  • existe sección completa del nervio (neurotmesis).

  • la compresión o el traumatismo graves no mejoran con el manejo conservador.

  • la pérdida funcional afecta de forma significativa las actividades diarias.

Las opciones quirúrgicas incluyen:

¿Qué estrategias de rehabilitación no quirúrgicas apoyan la recuperación?

  • Fisioterapia y terapia ocupacional para mantener la fuerza muscular y prevenir la rigidez.

  • Estimulación eléctrica para favorecer la regeneración nerviosa.

  • Reeducación sensorial para ayudar al cerebro a adaptarse a señales nuevas o restablecidas.

La recuperación puede llevar de meses a años, y la intervención temprana aumenta las probabilidades de recuperar la función por completo.

¿Cómo pueden prevenirse o minimizarse las lesiones del nervio periférico?

Aunque no todas las lesiones del nervio periférico pueden evitarse (especialmente las causadas por traumatismos repentinos), muchas pueden prevenirse o reducir su gravedad mediante medidas proactivas.

¿Qué prácticas laborales o de estilo de vida reducen el riesgo de lesión nerviosa?

  • Ajustes ergonómicos: utilizar una estación de trabajo adecuada, asientos de apoyo y una postura correcta para prevenir lesiones por compresión.

  • Equipo de protección: guantes, acolchados o férulas en trabajos o deportes de riesgo.

  • Técnicas seguras de levantamiento: evitar giros bruscos o sobreextensiones que puedan estirar o comprimir los nervios.

  • Descansos regulares: reducir la sobrecarga repetitiva con pausas durante tareas manuales prolongadas.

¿Cómo influye el manejo temprano en los resultados a largo plazo?

  • Atención médica inmediata: abordar las lesiones de forma precoz puede evitar su empeoramiento y acelerar la recuperación.

  • Control de enfermedades subyacentes: manejar la diabetes, los trastornos tiroideos o las enfermedades autoinmunes reduce el riesgo de daño nervioso crónico.

  • Educación y conciencia: reconocer signos tempranos como entumecimiento u hormigueo ayuda a buscar tratamiento antes de que se produzcan daños permanentes.

El reconocimiento e intervención tempranos son clave para minimizar el impacto a largo plazo de las lesiones del nervio periférico y mantener una salud nerviosa óptima.

Preguntas frecuentes

¿Cuál es la lesión del nervio periférico más común?

La lesión del nervio periférico más común es el síndrome del túnel carpiano, causado por la compresión del nervio mediano en la muñeca. Provoca entumecimiento, hormigueo y debilidad en la mano. Los movimientos repetitivos de la muñeca, el uso prolongado del ordenador o enfermedades como la diabetes suelen contribuir a su desarrollo. El tratamiento temprano mejora la recuperación.

¿Pueden sanar los nervios periféricos?

Sí, los nervios periféricos pueden sanar, pero la recuperación depende del tipo y la gravedad de la lesión. Los daños leves, como la neuropraxia, pueden resolverse en semanas. Las lesiones graves con pérdida de fibras nerviosas pueden tardar meses o años y a veces requieren reparación quirúrgica. El diagnóstico y la rehabilitación tempranos mejoran las posibilidades de recuperación completa.

¿Qué es la neuropatía del nervio periférico?

La neuropatía periférica es una afección en la que los nervios periféricos se dañan, interrumpiendo la comunicación entre el cerebro, la médula espinal y el cuerpo. Puede causar entumecimiento, hormigueo, debilidad o dolor, a menudo en manos y pies. Entre las causas se incluyen la diabetes, infecciones, lesiones o toxinas. El tratamiento se centra en manejar los síntomas y abordar la causa subyacente.

¿Qué es la parálisis del nervio periférico?

La parálisis del nervio periférico se produce cuando el daño a un nervio periférico ocasiona una pérdida parcial o completa de la función muscular en el área que controla. Puede deberse a traumatismos, compresión o inflamación. Los síntomas incluyen debilidad, parálisis y cambios sensitivos. El tratamiento depende de la causa y puede incluir terapia, medicación o cirugía.

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