×
Los daños nerviosos graves pueden provocar pérdida de movimiento o sensibilidad. La reconstrucción nerviosa restaura la función reparando o sustituyendo nervios periféricos lesionados para una recuperación a largo plazo.

Cirugía de Reconstrucción Nerviosa: Restaurar la función tras daño nervioso

Illustration of nerve reconstruction showing connected neurons restoring function after nerve damage.

La cirugía de reconstrucción nerviosa es un procedimiento que restaura el movimiento y la sensibilidad mediante la reparación o sustitución de nervios periféricos dañados, es decir, los nervios fuera del cerebro y la médula espinal.

Este tipo de lesiones puede producirse por traumatismos, compresión u operaciones y a menudo causan una pérdida funcional prolongada. Los estudios muestran que es posible una recuperación significativa en más del 80 % de las reparaciones nerviosas quirúrgicas, especialmente cuando se tratan precozmente.

En esta página explicamos quién necesita una reconstrucción nerviosa, cómo funciona la cirugía, cómo es la recuperación y qué riesgos y resultados esperar, para que pueda tomar decisiones informadas sobre su atención.

¿Qué es la reconstrucción nerviosa?

La reconstrucción nerviosa es un procedimiento que restaura la función de nervios dañados por traumatismo, compresión o lesión quirúrgica. Su objetivo es reconectar o sustituir los nervios lesionados para que puedan regenerarse y restablecer la comunicación entre el cerebro, la médula espinal y los músculos u órganos sensoriales.

Existen dos enfoques principales:

  • Reparación nerviosa: consiste en suturar directamente los extremos de un nervio seccionado.
  • Reconstrucción nerviosa: utiliza injertos o transferencias nerviosas cuando la reparación directa no es posible por pérdida de tejido o cicatrización.

Esta cirugía se utiliza con mayor frecuencia para tratar lesiones de nervios periféricos, nervios fuera del cerebro y la médula espinal que afectan el movimiento, la sensibilidad o la función autonómica. Incluye lesiones del plexo braquial, del nervio facial o del nervio peroneo.

La reconstrucción nerviosa suele realizarla un especialista en microcirugía reconstructiva, utilizando microscopios de alta potencia e instrumentos finos para alinear con precisión las fibras nerviosas. El momento es crítico; una intervención temprana mejora las probabilidades de recuperación funcional.

¿Por qué podría necesitar una reparación nerviosa?

Puede necesitar una reparación nerviosa si un nervio ha sido dañado hasta el punto de no poder curarse por sí solo. Esto ocurre típicamente cuando el nervio se corta, estira, comprime o cicatriza tras un traumatismo, una cirugía o una presión prolongada.

Motivos frecuentes para una reparación nerviosa incluyen:

  • Lesiones traumáticas, como cortes profundos, fracturas o luxaciones que desgarran o aplastan los nervios.
  • Lesiones quirúrgicas, daño nervioso accidental durante operaciones, especialmente en la columna, las extremidades o la cara.
  • Compresión nerviosa, por afecciones como el síndrome del túnel carpiano o el síndrome de salida torácica, donde la presión prolongada causa daño persistente.
  • Tejido cicatricial que bloquea o interrumpe la señalización nerviosa tras una lesión o cirugía previa.
  • Fracaso de tratamientos no quirúrgicos, como fisioterapia o medicamentos, que pueden no revertir la pérdida funcional.

La cirugía puede ser necesaria cuando el nervio dañado no puede regenerarse correctamente sin intervención. El objetivo es restablecer la continuidad del nervio y darle una vía para volver a crecer, ayudando a recuperar sensibilidad, fuerza o movimiento, según el tipo de nervio implicado.

¿Qué tipo de nervio (periférico o central) se trata normalmente?

La reconstrucción nerviosa suele tratar nervios periféricos, que se encuentran fuera del cerebro y la médula espinal. Estos nervios controlan el movimiento, la sensibilidad y las funciones autonómicas en las extremidades, la cara y el cuerpo. Los nervios centrales (en el cerebro y la médula espinal) no se regeneran y no se tratan con cirugía reconstructiva.

¿Qué tipos de procedimientos de reparación y reconstrucción nerviosa existen?

La elección de la técnica de reparación o reconstrucción depende del tipo, la localización y la extensión de la lesión nerviosa. Se utilizan varias opciones quirúrgicas para restaurar la función:

1. Reparación nerviosa directa (neurorrafia primaria)

Consiste en suturar los dos extremos de un nervio seccionado. Solo es posible cuando los extremos pueden unirse sin tensión. Es más eficaz en lesiones limpias y nítidas tratadas poco después del traumatismo.

2. Injerto nervioso (autoinjerto o aloinjerto)

Cuando existe un espacio entre los extremos del nervio, se utiliza un segmento de otro nervio (normalmente sensitivo) para puentear la separación en el procedimiento de injerto nervioso.

  • Autoinjerto: tomado del propio paciente (p. ej., nervio sural de la pierna).
  • Aloinjerto: injerto de donante, usado cuando el autoinjerto no es adecuado.

3. Transferencias nerviosas

En el procedimiento de transferencia nerviosa, un nervio sano y funcional, o parte de él, se redirige para reinervar un músculo paralizado o un área con pérdida de sensibilidad. Se utiliza a menudo en lesiones del plexo braquial o en lesiones periféricas graves cuando es poco probable que la reparación proximal tenga éxito.

4. Conductos y tubos nerviosos

Los tubos sintéticos o biológicos guían la regeneración del nervio a través de brechas cortas. Estos conductos de guía nerviosa se emplean típicamente en nervios sensitivos de pequeño diámetro o cuando no es posible una reparación sin tensión.

5. Neurolisis

Si un nervio está intacto pero rodeado de tejido cicatricial o comprimido, los cirujanos pueden liberarlo de adherencias para mejorar su función mediante neurolisis. Es frecuente en síndromes de compresión nerviosa.

Cada técnica se ajusta a un tipo de lesión distinto, desde cortes limpios hasta pérdidas segmentarias complejas. En algunos casos, los cirujanos combinan métodos para lograr el mejor resultado. El objetivo siempre es el mismo: favorecer la curación y restaurar la función nerviosa en la mayor medida posible.

¿Quién es candidato para una reconstrucción nerviosa?

Puede ser candidato a reconstrucción nerviosa si tiene una lesión nerviosa que impide el movimiento, la sensibilidad o la función normales, y el nervio no puede curarse adecuadamente por sí solo.

Los criterios habituales incluyen:

  • Daño nervioso confirmado o lesión de nervio periférico con pérdida de función motora o sensitiva.
  • Fracaso de tratamientos conservadores como fisioterapia, medicación o bloqueos nerviosos.
  • Brecha nerviosa visible o deterioro grave observado en imagen o durante la cirugía.
  • Empeoramiento progresivo de síntomas por compresión o cicatrización.
  • Lesiones de nervios específicos, como plexo braquial, nervio facial o nervio peroneo.

La cirugía también puede ser adecuada si:

  • El nervio se lesionó durante un procedimiento previo y la función no ha regresado.
  • Ha sufrido traumatismos o fracturas que lesionaron nervios periféricos cercanos.
  • Existe riesgo de pérdida permanente de función sin reconstrucción.

Los/las candidatos/as ideales están en condiciones de someterse a cirugía y pueden participar en la rehabilitación posoperatoria. Un/a especialista en cirugía de nervio periférico evaluará su lesión, tipo de nervio, tiempo y potencial de recuperación para decidir si la reconstrucción es la opción adecuada.

¿Qué ocurre durante la cirugía de reconstrucción nerviosa?

La cirugía se realiza con anestesia general o regional por un/a especialista en cirugía reconstructiva o de nervio periférico. Los pasos exactos dependen del tipo y la gravedad de la lesión nerviosa, pero el objetivo general es restablecer la continuidad del nervio para que pueda regenerarse.

1. Exposición y evaluación del nervio lesionado

El/la cirujano/a localiza y expone cuidadosamente el nervio periférico dañado. Se inspecciona el área en busca de signos de cicatrización, compresión o discontinuidad. Si es necesario, se retira el tejido nervioso dañado.

2. Selección de la técnica de reparación

Según la lesión, se elige una de las siguientes opciones:

  • Reparación nerviosa directa si los extremos pueden reconectarse sin tensión.
  • Injerto nervioso con nervio donante si hay una brecha entre los extremos.
  • Transferencia nerviosa si el nervio original no es funcional y un nervio cercano puede redirigirse.
  • Colocación de un conducto nervioso si la brecha es pequeña y puede puentearse con un tubo sintético o biológico.

3. Reparación microquirúrgica

La reparación se realiza con microscopio quirúrgico. Suturas finas alinean con precisión los fascículos internos (fibras nerviosas). Esta alineación es crítica para la recuperación funcional.

4. Cierre e inmovilización

Una vez completada la reconstrucción, se cierra la incisión y la extremidad o zona afectada puede inmovilizarse para proteger la reparación. Dependiendo del sitio, puede utilizarse férula o yeso.

La cirugía también puede abordar la compresión nerviosa si el tejido cicatricial o estructuras anatómicas ejercen presión sobre el nervio. Esto se realiza retirando o liberando cuidadosamente los elementos compresivos, conocido como neurolisis.

El procedimiento completo suele durar 2–4 horas, según la complejidad de la lesión y el tipo de nervio tratado.

¿Cómo es la recuperación tras la reconstrucción nerviosa?

La recuperación es gradual y varía según el tipo de nervio, la localización de la lesión y el método quirúrgico empleado. La regeneración nerviosa es un proceso lento, y la recuperación total puede tardar varios meses hasta más de un año.

¿Qué sucede en las primeras semanas tras la cirugía?

  • El área operada suele inmovilizarse durante 1–3 semanas para proteger la reparación.
  • La hinchazón y las molestias leves son comunes y se controlan con medicación.
  • Las suturas se retiran a los 10–14 días, según la zona.
  • Puede iniciarse fisioterapia temprana para prevenir rigidez articular y mantener el tono muscular.

¿Cómo progresa la regeneración nerviosa?

  • Los nervios se regeneran lentamente, típicamente 1–3 mm por día, unos 2,5 cm al mes.
  • Puede sentir hormigueo o sensaciones eléctricas a medida que el nervio crece.
  • El retorno funcional depende de la distancia que debe recorrer el nervio hasta su objetivo (músculo o piel).
  • Los nervios sensitivos suelen recuperarse antes que los motores.

¿Cuál es el papel de la rehabilitación?

  • La fisioterapia se centra en fortalecer los músculos y mantener el rango de movimiento.
  • La terapia ocupacional ayuda con las tareas funcionales y la adaptación.
  • En algunos casos, puede utilizarse estimulación eléctrica para mantener la actividad muscular.

¿Cuándo puede reanudar las actividades normales?

  • Las actividades ligeras pueden reanudarse en pocas semanas; el levantamiento de peso o el esfuerzo intenso se retrasa.
  • El regreso completo al trabajo o al deporte depende del nervio implicado y del progreso de la recuperación.
  • En algunos casos no se recupera la función total, pero la cirugía suele prevenir un mayor deterioro y mejorar la calidad de vida.

Las revisiones periódicas con su especialista en nervio son esenciales para monitorizar la curación y ajustar la terapia según sea necesario.

¿Cómo suelen retornar la función y la sensibilidad tras la cirugía?

La función y la sensibilidad regresan gradualmente tras la cirugía, ya que el nervio se regenera a un ritmo de alrededor de 1 mm por día. La recuperación sensitiva suele aparecer primero, seguida de la función motora. La recuperación completa puede tardar meses y depende de la localización y gravedad de la lesión y de la distancia que el nervio deba volver a crecer.

¿Cuándo volverá a la actividad normal?

La mayoría de los pacientes pueden reanudar actividades ligeras a las pocas semanas de la cirugía. Sin embargo, el retorno completo a actividades normales, incluido el trabajo, el deporte o el esfuerzo intenso, puede tardar varios meses. El tiempo de recuperación depende del tipo de nervio, del alcance de la reparación y de su respuesta a la fisioterapia y la rehabilitación.

¿Cuáles son los riesgos de la reconstrucción nerviosa?

La reconstrucción nerviosa es generalmente segura cuando la realiza un especialista cualificado, pero como cualquier procedimiento quirúrgico, implica ciertos riesgos. Comprender estos riesgos ayuda a establecer expectativas realistas sobre la recuperación y los resultados.

Los riesgos potenciales incluyen:

  • Recuperación incompleta de la función nerviosa.
  • Infección o mala cicatrización.
  • Cicatrización nerviosa o formación de neuroma.
  • Dolor, entumecimiento u hormigueo persistentes.
  • Pérdida de sensibilidad en el sitio donante (si se usa injerto nervioso).
  • Sangrado o acumulación de líquido en el sitio quirúrgico.
  • Complicaciones relacionadas con la anestesia.

Su cirujano evaluará estos riesgos según su lesión específica y su estado de salud.

¿Existen limitaciones, como largas distancias de regeneración o problemas en el sitio donante?

Sí. Las distancias largas de regeneración pueden retrasar o reducir la recuperación funcional, especialmente en nervios motores. En el sitio donante, cuando se utilizan injertos nerviosos, puede aparecer entumecimiento o cicatriz. Estos factores se valoran cuidadosamente al planificar la cirugía.

Preguntas frecuentes

¿Cuál es la tasa de éxito de la reconstrucción nerviosa?

La tasa de éxito varía, pero en general se sitúa entre el 60 % y el 90 %, en función de factores como el tipo de nervio, la localización de la lesión, el tiempo transcurrido desde la lesión y la edad del paciente. La intervención temprana y una rehabilitación adecuada mejoran los resultados. Los nervios sensitivos suelen recuperarse mejor que los motores a largo plazo.

Un gran estudio con 624 reparaciones de nervios periféricos utilizando aloinjertos nerviosos procesados informó de una tasa de recuperación significativa del 82 % (definida como ≥S3 sensitivo o ≥M3 motor), en nervios sensitivos, mixtos y motores, incluidas brechas de hasta 70 mm.

¿Los nervios dañados se curan?

Sí, los nervios periféricos pueden curarse, pero la recuperación depende de la gravedad y del tipo de lesión. Las lesiones leves pueden recuperarse por sí mismas. Los daños más graves requieren cirugía. Incluso tras la reparación, la curación es lenta y no siempre se restablece toda la función. Los nervios centrales no se regeneran.

¿Cuánto cuesta la reconstrucción nerviosa?

El coste varía ampliamente y suele oscilar entre 10.000 y 50.000 USD o más. Depende del tipo de lesión nerviosa, la complejidad quirúrgica, los honorarios hospitalarios, la experiencia del cirujano y la atención posoperatoria. Los costes adicionales pueden incluir pruebas diagnósticas, fisioterapia y visitas de seguimiento. La cobertura del seguro varía.

Autor Instagram Facebook LinkedIn

Assoc. Prof. Ahmet Hamdi Sakarya Instagram Facebook LinkedIn

El Prof. Asoc. Ahmet Hamdi Sakarya, un destacado cirujano plástico, reconstructivo y estético en Care in Turkey, se especializa en soluciones estéticas innovadoras.

Suscríbete a Nuestro Boletín

Suscríbete y recibe actualizaciones y noticias sobre Care in Turkey